Ya hemos empezado la dura pero enriquecedora etapa de las
prácticas. La verdad que se aprenden muchísimas cosas, estoy viviendo tanto que
no podría plasmar todas las cosas que he aprendido estos días. La verdad que no
solo me está enriqueciendo como maestra, sino también como persona. Me gustaría
compartir con vosotros una experiencia vivida hoy.
Los niños y niñas de mi tutoría para la clase de lengua
tienen que escribir un texto libre cada fin de semana. Tienen que escribir una
cara y media de su cuaderno sobre lo que ellos quieran, puede ser una historia
inventada, o incluso lo que han hecho ese fin de semana. El lunes cada uno de
los niños tiene que compartir con sus compañeros su historia. La verdad que les
gusta mucho este momento ya que se divierten con las historias. Yo también me
divierto mucho, incluso más, escriben unas cosas impresionantes, tienen unas
salidas maravillosas y un poder de imaginación increíble, son envidiables. Decidí
que este fin de semana iba a escribir yo también una historia para leérsela el
lunes como todos los demás. Pensé que tal vez les gustaría que yo también me
involucrase, y así fue. La verdad que han tenido una respuesta muy buena a mi
historia. Por ello la comparto con todos vosotros también:
El miércoles cuando llegue del colegio me tumbe en el sofá a
ver los Simpson, pero como estaba muy cansada me quede dormida. Soñé que estaba
andando por el pasillo del colegio, cuando de repente se acercaron Sara, Elena,
Marina, Nuria y Lucía y me preguntaron:
-Carmen, ¿Por qué no vamos a recoger setas todos juntos? Yo
las contesté:
-Vale, podríamos ir al Cerro Cañal.
Avise a todos los niños de la clase para que cogiesen sus
abrigos y se preparasen para recoger setas. Mario era el encargado de llevar la
cesta y los demás se dividieron en tres grupos.
Cuando llegamos allí, el grupo de Alonso tenía que buscar
por la derecha, el grupo de Erika por el medio, y el grupo de Jalal por la
izquierda. Fuimos cogiendo setas cuando de repente perdimos de vista al grupo
de Jalal. Se empezó a hacer de noche y todavía no les habíamos encontrado. Estábamos
muy asustados porque miramos por todas partes y no aparecían por ningún lado.
Íbamos a llamar a la policía cuando de repente apareció Samuel
-¿Qué pasa Samuel, donde están los demás? Preguntamos todos
- ¡Se han caído por un agujero y no pueden salir! Contestó
Samuel.
Fuimos todos corriendo hacia el agujero. Entre todos
conseguimos sacarles haciendo una escalera humana, cogidos de las manos, hasta
que trepando por todos nosotros consiguieron salir. ¡Menos mal!
Como ya era muy tarde nos volvimos. Todos se vinieron a mi
casa y cocinamos las setas que habíamos encontrado, y nos las comimos.
De repente oí una voz que decía:
¡Caaaaarmen, tiende la ropa! Decía mi padre, y así me
desperté.
Es una historia muy sencilla, pero a ellos les ha emocionado
mucho. El hecho de sentirse ellos mismos los protagonistas de mi historia les
hacía sentir importantes. Los nombres están escogidos con criterio, por varias
razones, entre ellas falta de autoestima. Además muchos de ellos van a recoger
setas con sus familias, ya que el lunes pasado muchos contaron historias sobre
excursiones a por setas, por eso decidí escribir sobre ello, ya que era algo
actual para ellos. Pensé que ir todos juntos de excursión les podría gustar
mucho, y así fue. Además la aventura de hacerse de noche, caerse en un agujero,
salvar a los compañeros y luego todos cocinar las setas, les ha producido mucha
emoción. Como bien dice el cuadro de los intereses, a los niños de esta edad
les emocionan las aventuras.
La verdad que me alegro de haberme animado a escribir esta
historia. Nunca pensé que con algo tan sencillo podría emocionar tanto a unos
niños. Para mi ha sido muy gratificante y por ello lo quería compartir con
vosotros.
Me encanta Carmen. Bufffff que orgullosa y feliz te tienes que sentir.
ResponderEliminar=)
muchas gracias bonita :)
ResponderEliminargracias Irune, la verdad que si que está siendo una experiencia muy bonita´!
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