viernes, 7 de enero de 2011

La leyenda

Cuenta la leyenda, haya por el Siglo XVIII, en la gran ciudad de Madrid, un noble de alta cuna se enamoró de una humilde doncella. Dicen que fue un flechazo y se enamoraron desde el primero instante que se vieron. Y la dote que el novio pagó estuvo en boca de muchos por mucho tiempo. Esto levantó muchas envidias. En una época en la que los matrimonios por amor eran raros. Rosalía que así se llamaba la doncella amaba perdidamente a su ya marido, Alejandro; y este a su vez no tenía ojos más que para ella. Los primeros meses de matrimonio fueron maravillosos, pero los malintencionados rumores surtieron efecto en el carácter tremendamente celoso de Alejandro.
Uno de los encantos de Rosalía era su gran talento con el Piano, no solo se divertía a ella misma sino a aquellos de su alrededor. Siempre la escucharías tocando su canción más bella con la que tocaba con tanto sentimiento.
Le tocaba a todo el mundo, ya que le gustaba tanto, hasta decidió dar clases, y así hizo.
Al principio, todo iba bien, hasta que los rumores acabaron con la paciencia de Alejandro y la prohibió volver a dar clases, ni volver a ver a nadie. Encerrada en casa y el piano solo se lo podía tocar a él. La pobre doncella que sabía que no había echo nada que pudiese tener a su marido de esa manera, no la quedó más que aceptar.
Mientras el noble podía divertirse con los amigos, salir a pasear con su caballo, ella no pisaba la calle. Pasaba los días mirando por la ventana, ya que no tenía ganas ni de tocar el Piano.
Pasaron días, meses y la doncella no podía con tanto sufrimiento, y por lo tanto hasta decidió que volvería a dar clases, pero por supuesto a escondidas de su marido.
Al principio todo estaba seguro, ya que mientras Alejandro salía ella podía dar las clases, hasta que un día de improvisto, Alejandro volvió antes de tiempo y vio a su Doncella tocando el piano con otro hombre. El noble enfurecido no pudo controlar su furia, que acabó matando a la doncella. Para evitar las pruebas decidió tirarla al río más cercano, que era el río Manzanares.

Hoy en día se sigue diciendo que cada vez que alguna pareja pasea discutiendo por ese rió se oye la melodía de la canción favorita de la doncella Rosalía.

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